Memorias de un Puma

Alumni, 30 años.  1990-2020. “Ganar nunca es el objetivo, sino una consecuencia”

Alumni, 30 años.  1990-2020. “Ganar nunca es el objetivo, sino una consecuencia”

Memorias de un Puma, por el Dr. Alejandro "Chirola" Scolni, Puma N° 385.

Dr. Alejandro Scolni

El Dr. Alejandro Scolni nació el 14 de Abril de 1962, es abogado e inversor. A partir de Junio nos traerá sus "Memorias de un Puma" en una columna mensual.

"Chirola" debutó en Los Pumas, en el Sudamericano de 1983, frente a Chile en el CASI. Derrotó a Australia 1987, Francia 1988, e Inglaterra 1990. Se destacó como fullback, aunque también jugó de wing derecho e izquierdo contra Francia , Australia y Escocia en su despedida, el 10 de Noviembre de 1990, en Murrayfield. Representó al Seleccionado de Buenos Aires en partidos internacionales y campeonatos argentinos. Integró la selección de los Pumas Seven ‘s, en Hong Kong, y Sydney Australia en dos oportunidades. Jugó doce años en primera división. Cinco en Belgrano Athletic y siete en Alumni, en donde fue multicampeon durante cuatro años consecutivos. Representó a Los Pumas Classics hasta 2003 y en 2018 jugó su último partido frente a los presos en la cárcel de la Ciudad de Campana, como apoyo al proyecto de reinserción solidaria de los reclusos.

Todo comenzó con ese concepto idea o propósito que aún reina y convive dentro de un club que jamás perdió la esencia, donde algunos de sus fundadores siguen trasmitiendo los valores y el espíritu del juego. 

El Buenos Aires English High School, ubicado en esa frondosa, magnífica y centenaria arboleda de calle Melián, fue el escenario y principal protagonista de la creación de esa gran Asociación que terminó siendo Alumni. 

Todo ocurrió en el Barrio de “Belgrano R “, calles empedradas, caserón de tejas donde viví hasta mis 30 años oyendo en reiteradas ocasiones, la famosa historia que unía dos clubes, a través del Inglés Ginhson y el mono Cubelli, fundadores e impulsores de un proyecto que nació como iniciativa de trasformar el viejo Alumni Athletic Club, fundado en 1898, en un club de Rugby; considerando que trasmitía los valores que el fútbol estaba perdiendo, e inclinándose por la formación que estimaron más propicia para educar a sus alumnos. 

Fue en 1951 donde Guillermo Cubelli, encargado principal de deportes del colegio, y Daniel Ghinson, segundo a cargo, convocaron a Víctor Camardón, con solo 18 años y recién egresado, para sumarse a la transmisión y enseñanza de deportes y atletismo. Lograron con un grupo de 25 alumnos armar la 7ma. división de Rugby, surgiendo de ese modo, la Asociación juvenil de Alumni, continuación de aquello que fue el club a principios del siglo pasado de los hermanos Brown. Así dejaron el fútbol por el rugby y con el tiempo lograron una base estable de jugadores, considerando que los pupilos al terminar el Primario regresaban a sus provincias. 

La casilla de las máquinas del colegio pasó a ser “La Casa del Rugby”. Allí organizaron una biblioteca exclusiva para jugadores, donde podían estudiar las reglas del juego, dejando de lado las bolitas que solían practicar durante los recreos. 

Recién en 1954 tuvieron su primera camiseta ya que hasta ese entonces utilizaban la del club Pucará. En 1960 con un grupo de entre 17 y 18 años jugaron el torneo de 3ra. con la incorporación de algunos jugadores de Belgrano Athletic Club. Daniel Ghinson con 28 años, Víctor Camardón de 27 , Mario Camardón de 25, Luciano Camardón con 33, sumando al Huesito Halle, suspendido de Belgrano Athletic, para reforzar un equipo joven, nutriéndolo de más peso y experiencia, consiguiendo el ascenso ese mismo año, ganando 19 de los 20 partidos, y coronándose subcampeones de segunda división al año siguiente. Sin cancha ni sede social, jugaban de local en Pucará y SIC, que tan gentilmente les cedían sus instalaciones, lograron sostenerse como miembros de la UAR, hasta 1963 donde adquirieron el actual y principal predio de 6 has. en Tortuguitas. 

Allí nació ese vínculo entre ambos clubes, transformado en un clásico hasta estos días, no como un desprendimiento de Belgrano, como la historia pretende instalar, sino como una colaboración de aquellos jugadores de Virrey del Pino, que apoyaron jugando y entrenando a un club que comenzaba a formarse. 

Fue vital el aporte de estos pioneros que le dieron consistencia al proyecto, volcando su experiencia y poder físico, para lograr velozmente el primer ascenso, y de esa forma encaminar el crecimiento hacia una gran institución. 

Fue recién en 1969 que Alumni ascendió a primera división siendo uno de los pocos clubes que jamás volvió a descender. 

Cuenta la historia que cuando los Camardón del BAC, visitaban a sus hermanos de AA; los llamaban “ Balumni “. Así nació el clásico de barrio, que el tiempo y las sucesivas generaciones fueron alimentando, avivando la llama en cada partido jugado como una final, sin tregua y con dientes apretados. El Belgrano Day School, San Agustín y El Salvador, fueron las principales canteras que proveían de jugadores a AA en las épocas donde comenzaban a asentarse en primera división. Todos recordamos aquellas camadas que entrenaban en la plaza frente al  Automóvil Club Argentino, en Avenida del Libertador. 

Ese grupo fue la base que regó la semilla plantada por aquellos visionarios, de este gran árbol que hoy florece. Entrenadores y jugadores consolidando un lindo grupo que disfrutaba juntarse, trasmitiendo el espíritu de un club admirable desde lo humano. Creo que el hecho de haberse entrenado en una plaza potenció la unión y el crecimiento. 

En 1980 mientras transitaba mis primeros pasos en la primera de Belgrano, consideraba a Alumni como un buen equipo, con un gran pack de forwards, ganador de algunos partidos claves e importantes, pero sin conseguir pelear por el título a pesar de la envergadura de sus delanteros, algunos de ellos reconocidos y seleccionados. Época donde empezaron a recibir jugadores de Curupaytí , Manuel Belgrano, San Carlos, Central Buenos Aires, y San José, entre otros. Años posteriores se abrió una posibilidad al gran semillero del Colegio St. Brendans quien hasta ese momento abastecía de jugadores exclusivamente al BAC. Esa estrategia y enlace fue obra de Jorge Yankee Braceras quien trabajaba como profesor de Rugby y fuera el nexo directo entre ambas instituciones. 

Reconocido por abrir sus puertas y recibir jugadores con gran visión de futuro, camino que posteriormente adoptaron en San Isidro y muchos otros clubes, haciéndose tendencia en la recepción de varios jugadores del interior del país que venían por oportunidades a Buenos Aires. 

En 1986 sucedió algo trascendental y determinante, según mi apreciación.  Sube al plantel superior un importante y distinguido grupo de buenos juveniles que coincidió con mi llegada desde Belgrano Athletic. 

Allí comenzó a gestarse  un equipo que en 1987 con Rodofo Gramajo, Fernando Camardón y Porfirio Carreras como entrenadores, ganó la primera rueda invicta; pero en la última recta, San Isidro Club se llevó el campeonato, en forma merecida, con un equipo muy sólido y  mucha experiencia. 

A partir de allí Alumni comenzó a consolidarse como un equipo que contaba con algunos backs de jerarquía en el seleccionado, y un pack de forwards renovado con mucha movilidad y un gran equilibrio. 

Su cuerpo técnico con Alberto Del Sel como Head Coach, fue vital en esa transformación del juego y conformación de un grupo y un estilo más dinámico combinado entre forwards y backs. 

Ganar cuatro campeonatos consecutivos, en los períodos 1989-1992,  fue producto de un plantel superior que consiguió 11 torneos en total, sumando a la intermedia y la Pre. Había jugadores para cubrir cada puesto a un gran nivel, y el club desde lo humano respiraba una unión entre todos sus miembros, que fue clave para su desarrollo y éxito. 

Recién en 2001, vuelve a obtener otro campeonato, y comienza a disputar una serie de finales consecutivas sin poder conseguir otro título, hasta el año 2018. Esas derrotas según mi paladar, sucedieron debido a la falta de una actitud aguerrida. Hilando fino: “Las finales se ganan tackleando”, cosa que no sucedió hasta el campeonato de 2018. 

De cualquier forma, jugar finales es un enorme mérito para cualquier club y un éxito sin precedentes para su cuerpo técnico, aún sin haber logrado el objetivo. Siempre se ha debatido si no salir campeón empaña el proceso. Creo que no, aunque la historia la escriben los que ganan… 

En la actualidad, Alumni se encuentra con altibajos. Quizás un poco relajado después de su conquista, sin esa defensa y férreo tackle que vimos en la última final. Hice llegar directamente a ambos entrenadores una idea aprovechando el tiempo y las circunstancias actuales de este confinamiento, respecto de incluir y sumar nuevas actividades. Son tiempos de cambios, sugerí un proyecto formativo, concentrado en desarrollar más destrezas individuales, salir de la zona de confort, y concientizar a los jugadores de la importancia de no cometer infracciones, demasiadas, como he visto en la última temporada. Esos detalles hacen la diferencia. 

En 1989 se ganó el primer campeonato compartido con Banco Nación. Éste año se cumplen 30 años desde la primera conquista en soledad, que conlleva un doble honor. Repetir el logro, tarea nada sencilla y no compartida, lo hace más especial. 

Recordar y homenajear a Fernando El Abuelo Camardón, un viejo amigo del barrio, y entrenador; quién me abrió las puertas del club. Roberto Tone Abad, uno de los motores del club. Porfirio Carreras, un señor entrenador, siempre amable y dispuesto. Víctor Camardón, como mencioné en párrafos anteriores, fue y sigue siendo la imagen institucional junto al Inglés Ginhson. Al gran Alberto Del Sel “Maestro” que nos guió dentro y fuera de la cancha, hoy transformado en un amigo. A mis compañeros y amigos del plantel superior mis más afectuosos saludos y agradecimientos en éste ágape virtual. 

Es difícil salir campeón, pero mucho más repetirlo en forma consecutiva, mantenerse a lo largo del tiempo y trasmitirlo a futuras generaciones. Alumni ha logrado trascender y ser considerado un equipo que todos respetan. 

Alberto “El Cabo” Camardón fue mi entrenador en la primera de Belgrano Athletic, incluso entrenamos una juvenil que concluyó con una inolvidable gira a Chile. Fernando y Víctor fueron mis entrenadores en Alumni. A su vez jugué con Hernán Camardón, hijo de Luciano en la primera del BAC y con Gonzalo Camardón, hijo de Fernando en la primera de AA y en Los Pumas 1990. Siento un enorme aprecio y un gran reconocimiento por toda la Familia Camardón desde siempre y para siempre. He aquí mi homenaje. 

Debido al crecimiento y sobretodo atraídos por la secuencia de los campeonatos obtenidos, el club debió adquirir un anexo para albergar a las divisiones inferiores y poder ampliar la base de jugadores que seguían y siguen sumándose.

Quiero recordarles el trabajo que realicé como socio fundador del Colegio North Hills, respecto al aporte de varías familias a la comunidad Alumni, muchas de las cuales he presentado en forma personal. No quiero llegar a enumerar a cada una, porque seguramente caería en alguna omisión, pero si resaltar que ex alumnos como Javier Alegre, Gonzalo Chain , Marcos Ostric, Nicolás Terradas y Simón Pardi, han llegado a  jugar en la primera del club. La mayoría no tuvo esa misma suerte, pero si el honor de pertenecer y ser de Alumni. Suelo verlos y saludarlos afectuosamente cada sábado que nos encontramos en el club. 


Gracias Alumni, mi respeto Siempre !


Dr. Alejandro Scolni




Fuente: Dr. Alejandro Scolni