Segunda División

Indios Libres, el equipo que entre las rejas busca darle un nuevo sentido a sus vidas

Indios Libres, el equipo que entre las rejas busca darle un nuevo sentido a sus vidas

Es una historia conmovedora. La de la privación de la libertad y las voluntades que se unieron por una pelota de rugby para encontrar una motivación dentro del encierro. Indios libres es el equipo de la Unidad del Servicio Penitenciario N° 39 de Ituzaingó, que por iniciativa de Damián Ciciaro llevó los valores del juego a la cárcel. Con el aporte de voluntarios de Gimnasia y Esgrima de Ituzaingó, esta es la historia de cómo las personas pueden recuperarse de sus errores.


- ¿Cuál es el nombre de la cárcel y del equipo?

- Es la Unidad de Servicio Penitenciario Nº39 de Ituzaingó. Está ubicada en Coronel Pringles al 3000. El nombre del equipo es “Indios Libres Rugby Ituzaingó”, elegido por ellos en concilio, invocando lo primitivo que era el primer equipo, con pocos recursos, pero con sabiduría, sentido, fuerza y también la libertad como medio y fin, no sólo la libertad física sino la emocional y espiritual. Un profundo y hermoso significado.

- ¿Hace cuánto empezó el proyecto y cómo fueron sus inicios?

- Hace tres años comenzó con mucho esfuerzo. Sólo tres voluntarios, sin materiales, con dificultades para ingresar y con los pocos primeros jugadores que no sabían ni las reglas básicas de rugby, pero que entendieron lo esencial del proyecto y se convirtieron en los cimientos del crecimiento siguiente. Los voluntarios fundadores fueron Maximiliano Sassone (G.E.I), Martin Amestoy (G.E.I) y Gastón Dicastelnuovo (Los Matreros), entre otros.

- ¿Con qué objetivo hacen rugby en la cárcel?

- Buscamos bajar la tasa de reincidencia a través del rugby, la educación, el trabajo y la espiritualidad (que no vuelvan a delinquir y estar presos nuevamente). La reincidencia carcelaria sin el programa es muy alta, del 65 por ciento y con el programa de rugby se ha logrado reducirla al 5.

- ¿Cómo es tu relación con el sistema carcelario?

- La definiría como una relación con la distancia óptima. Hay mucho respeto y cooperación. Nosotros estamos en su lugar y ellos están trabajando seriamente con situaciones de presión, dificultosas. Ellos nos cuidan a nosotros, civiles, dentro de un sistema superpoblado de internos, reglamentaciones y un manejo único desde lo emocional. Cuando llevamos nuestro equipo a otras unidades en el camión de traslado penitenciario, vienen el doble de guardias que de presos, entonces nos acompañan durante todo el campeonato y ven jugar a nuestro equipo, el progreso, son nuestra hinchada ese día. Eso nos acercó mucho.

- Tus primeras charlas con los presos, ¿cómo fue ese acercamiento? ¿Qué fue lo primero que les dijiste a los presos? ¿Cómo fue esa primera vez? 

- La primera vez que fui al programa, ya estaba empezado, pero para mí sí era la primera vez que entraba a una cárcel. La revisación antes de entrar, los pabellones, vi la escuela que había adentro, algunas visitas de familias, todo antes de pasar unos diez candados con rejas, con distintos guardias cárceles. Recién ahí me di cuenta que estaba dentro de una cárcel. Me presenté y les conté que una de las razones que me motivaban, era ayudar aunque sea a cambiar a uno. Les conté la historia de un amigo mío al que no supe cómo ayudar en la adolescencia y fue tarde cuando ya tenía algunas herramientas. Entonces, no me interesaba tanto colaborar para formar un gran equipo de rugby sino formar un grupo de personas mejores. Ahí uno contó su historia, que en esa semana su propio hermano había entrado al penal y que su esposa tenía problemas en el techo de la casa con cuatro hijos y él estaba ahí sin poder hacer nada. Entonces dijo que él había decidido eso mismo, ser una persona nueva para que los demás no sufrieran las consecuencias de sus decisiones y poder encontrar un camino más feliz. Hubo ronda de abrazo inicial y a trabajar.

- ¿Recordás alguna historia o anécdota que te haya tocado vivir allí?

- Muchísimas, pero una de las más impactantes fue cuando durante un partido hubo un tackle fuerte y el que lo recibió quedó tirado e inconsciente. Tratábamos de hacerle las maniobras y no salía, tenía también cicatrices de puntazos en su panza y demás. Entonces empezamos espontáneamente los que estábamos mirando a los que estaban ayudándolo a hacer una ronda abrazados. Una redonda muy grande de todos los equipos. Trajeron una virgen en el medio y empezamos a rezar y decían más fuerte y más fuerte. Algunos emocionados seguíamos orando mientras salía la ambulancia. Y seguimos hasta que nos llamaron y dijeron que tenía signos vitales y estaba vivo. Todos nos abrazamos y agradecimos al cielo. 

- ¿Y alguna graciosa?

- Cómica y a su vez profunda. Estábamos en un entrenamiento y uno de nosotros, un voluntario nuevo que venía por segunda vez, estaba emponchado con gorro, guantes y bufanda, y comenzó a trotar con el equipo como calentamiento. Entonces, se mimetizó con el equipo y un jugador le preguntó, ¿en qué pabellón estás amigo? Y medio confundido lo miró y le dijo: “¿Vos estás preso, no?”. Y él le contestó algo que quedó como enseñanza para todos: “Bueno, creo que sí. Todos estamos presos en algún sentido, también se puede estar preso estando allá afuera. Preso de una emoción de rencor, preso del egoísmo y de tantas cosas”. Y concluimos que también se puede estar libre dentro de la cárcel y eso reforzó nuestro nombre: Indios Libres Rugby Ituzaingó.

- ¿Qué conocimientos tenés? ¿Sos profesional?

- En lo social, creo que tengo más experiencia que conocimiento. Aunque soy coach ontológico, también recibí una formación en Emociones por Norberto Levy e hice varios cursos. Creo que la mayor formación la recibí como misionero en los dos años que estuve en la costa colombiana para la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, a los 19 años entre el 2001 y el 2003. Cientos de familias y diversidad de situaciones extremas. Tenía mucha energía, pero poca sabiduría. Eso me entrenó más que cualquier curso. Para participar en el voluntariado con nosotros, no es necesario ningún tipo de conocimiento ni experiencia, si alguien desea sumarse, los que estamos nos vamos guiando.

- ¿Qué significa para ellos jugar en INDIOS LIBRES?

- Nosotros les pedimos siempre que la conducta, el respeto, el compañerismo y la lealtad que hay en la cancha, debe estar adentro del pabellón. Si eso no está, podríamos perder como consecuencia el privilegio de entrenar. Ellos pertenecen a distintos pabellones, hay 13 en total y cada quien está en alguno. Todos saben que ese es jugador de rugby, él nos representa adentro como equipo. Eso significa que tenemos sentido de pertenencia, significa una responsabilidad, una identidad, un compromiso con los voluntarios, entender que de nuestra conducta depende el resto también. Y cuando pasa lo más lindo, es cuando terminan su reclusión: “Indios Libres" en libertad…..ese último entrenamiento y la despedida, ronda de abrazos y el deseo que no vuelva nunca más.

- ¿Contra qué equipos jugaron?

- Jugamos dos campeonatos relámpagos Intercarcel, los dos en la UP 48 de San Martín. Perdimos todos los partidos (derrota pública), pero ganamos sin duda (victoria privada) con nuestra actitud, comportamiento, agradecimiento y compromiso. Y cuando ganás adentro y perdés afuera, vas por el buen camino. 

- ¿Cuál fue el momento más emotivo?

- Varios, pero tal vez uno de los últimos fue el momento del try tan esperado.

Nosotros somos muy nuevos como equipo, hay otros que entrenan hace 9 años y tienen 230 jugadores, entonces seleccionan a 15 para jugar. La diferencia es muy grande, física y técnica. Entonces nuestro objetivo era perder, pero ofreciendo todo, sin críticas entre nosotros, con el mismo ánimo hasta el pitazo final. Ese día jugábamos el cuarto y último partido. Habíamos jugado tres y perdido por 40 a 0 o 50 a 0, y perdíamos algo así como 12 a 0, pero sentíamos que era diferente, que teníamos chances por fin de hacer el primer try.

Entonces, nuestro objetivo fue salir a buscarlo. No es fácil de explicar, cuando perdés tantos partidos en cero, perder uno en cinco sería un gran logro. Intentamos, intentamos, intentamos, pero no se dio. El tiempo estaba prácticamente cumplido y teníamos la pelota nosotros. Avanzamos, pasamos, chocamos y con paciencia y sacrificio se abrió un agujero para poder apoyar la pelota en el in-goal rival. Y así fue, todos los presentes gritaron el try como si fuera la final de un Mundial. Los demás equipos, el personal carcelario, nosotros y ellos. Fue después de jugar casi dos campeonatos enteros que apoyábamos por primera vez y lo disfrutamos como una victoria.

- ¿Cuál es tu sensación al verlos en la cancha?

- La verdadera cancha para mi está adentro de su mente, ahí se juega el partido más importante por el que hacemos rugby en la cárcel, formar mejores personas, que ganen ahí adentro primero. Cuando los veo, siento su desarrollo emocional, veo a un equipo jugando a cambiar por dentro, a gestionar sus impulsos, a ser distintos y mi sensación es de satisfacción.

- ¿Cómo es la relación con Espartanos?

- La Fundación nos provee estructura organizacional, algunos materiales, experiencia y los campeonatos intercárceles. Son excelentes personas con visión y carisma.

- ¿Cómo te sentís después de vivir durante tres años esta experiencia?

- Muchas veces cuando comento que estoy en este proyecto, recibo algún rechazo porque es real que el daño causado es grande y muchas veces se plantea... ¿por qué no ayudan a otras personas? Por ejemplo, de bajos recursos a estudiar, etc. Creemos que es importantísimo prevenir y también recuperar. Entonces, si nosotros podemos sumar acá, otros pueden sumar en el prevenir y así todos podemos mejorar a que la sociedad sea más justa y feliz. Es probable que si no nos involucramos, en cualquiera de las etapas de formación ética, espiritual y de valores, quede simplemente en eso, un comentario que no se transforma. Es difícil de explicar lo que se siente, en el grupo hay una mística, una especie de sensación de hermandad. Las vivencias son fuertes, las realidades y el compartir. Es un ambiente rústico y único.

- ¿Cómo sigue durante la cuarentena?

- Ellos entrenan dentro de sus pabellones, entrenamiento físico, pero no ingresa nadie al penal por la cuarentena en el caso de Ituzaingó.

 

El comentario final de Damián sintetizó todo: “Actualmente, los voluntarios que me acompañan en Indios Libres, son Santiago Acevedo y Lucas Campodónico (G.E.I), Santiago Tello (El Retiro) y Patricio Braida Propato (Hurling). Mi padre José Luis Ciciaro, vino poco, pero sumó mucho. Este año recibimos donaciones de materiales de Javier Corredera, de Los Matreros. Pero claramente la necesidad es mayor a los recursos, en todo sentido. Si a alguien le gustaría sumarse al staff, les digo que estoy seguro que van a recibir más de lo que darán. La experiencia es enriquecedora y nos daría una mano enorme, que será recompensada con la experiencia misma. El que quiera venir al penal como voluntario, puede comunicarse al 11-5058-5081. Sería un placer recibirlos y unir esfuerzos. Hay fotos y novedades en nuestra página de Facebook Indios Libres Rugby Ituzaingó – Fundación Espartanos UP39 (https://www.facebook.com/indioslibresrugby/).




Fotógrafo: Espartanos Rugby - Damián Ciciaro.

Fuente: Carlos Silva - Rugby Champagne.

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