Primera División C

La FUAR busca mejorar la calidad de vida de los lesionados dentro de una cancha de rugby

La FUAR busca mejorar la calidad de vida de los lesionados dentro de una cancha de rugby

La FUAR es una ONG que con sólo cinco años de vida se ocupa de asistir a los jugadores de rugby que sufrieron lesiones graves dentro de una cancha, ya sea en los partidos o en los entrenamientos. Como se mantiene, cuáles son los objetivos y los desafíos de esta Fundación que existe para mejorar la calidad de vida a los chicos que lamentablemente sufrieron lesiones graves en la práctica de este deporte.

Hace mucho tiempo se llamó Rugby Amistad e Ignacio Rizzi trabajaba incansablemente desde allí, junto con otros miembros. Hoy es el secretario de la FUAR, la ONG que dentro de la UAR se ocupa de aquellos jugadores que sufrieron lesiones graves en el rugby. Rizzi fue uno de ellos, en Francia, en la década del 90. Así se refirió al trabajo que hacen: “Asistimos al jugador desde el minuto cero. Trabajamos con él y su entorno porque a la persona que se lastima seriamente, literalmente le cambia la vida”.

La FUAR ayuda mensualmente a esos jugadores lesionados, en un compromiso que adopta de por vida. “Les entregamos equipamiento ortopédico, sillas de ruedas, andadores o muletas. Se les adapta la vivienda de cada uno de ellos y se les proveen mecanismos para que la persona lastimada pueda comunicarse y desarrollar una vida mejor a pesar de las dificultades que padece. Por ejemplo, hay algunos chicos que no pueden mover los brazos. A ellos los ayudamos brindándoles notebooks y un sistema llamado TOBY (cuesta alrededor de 3000 euros), donde por la retina de sus ojos envían mensajes al mouse de la notebook o PC. Destinamos pantallas grandes y desde China conseguimos los Glossaus, que son anteojos con un switch en la boca, un sensor que transmite por el mouse el mensaje a la pantalla o al celular” (cada aparato tiene un valor aproximado a los 300 euros).

“En la Argentina tenemos 31 lesionados por el rugby”, señala Rizzi. “La gran mayoría sigue siendo fanático de este deporte. Logramos conseguir entradas para todos los tests y además permisos para que dos de ellos ingresen a los vestuarios de Los Pumas o Jaguares con lo que eso implica. Tengan en cuenta que ni los All Blacks ni Irlanda lo permiten. Es un pequeño guiño que además en otros deportes es casi imposible verlo”.

 

El Quad Rugby, para poder seguir jugando

José Coco Rocha fue jugador del SIC y se lesionó en el año 2004. Próximo a viajar a Lima para jugar los Juegos Paralímpicos y representar a la Argentina en el Quad Rugby (rugby en silla de ruedas), comentó cómo es el día a día de un jugador luego de su lesión. “Estamos permanentemente en contacto con los chicos lastimados, tenemos un grupo de WhatsApp donde nos contamos todo lo que nos pasa y nos ayudamos entre nosotros compartiendo las vivencias de cada uno para que los más nuevos se vayan adaptando a lo que nosotros ya pasamos. La Fundación nos da mucha contención, nos ayuda con la obra cocial y se ocupa de todo lo que necesitamos para hacernos la vida mejor”.

Ricardo Bellver o El Yeti, como le dicen en confianza, es el tesorero de la FUAR. Está atento a cada uno de los detalles de la Fundación y de los lesionados, y nos comenta que atienden nada menos que las necesidades de los 75.000 jugadores en actividad. “Necesitamos sumar más socios porque ahora tenemos sólo 300 que son los que le aportan algo mensualmente a la Fundación,  que justamente vive en parte del aporte de cada uno de ellos por un lado y también de un porcentaje de los sponsors de la UAR”, sostuvo. Además, organizan dos torneos de golf al año – que se incrementará en 2020 con dos más – y de la Cena Anual, el principal evento para recaudar fondos para la Fundación.

 

La gran cena, una fiesta a la que todos debemos decir presente 

La cena que se viene realizando año tras año, es vital para que la FUAR consiga ese apoyo tan necesario de la gente del rugby, de las empresas y de cada una de las personas que se suman a tan noble acción. La misma se realizará el próximo 23 de agosto en el Espacio Márquez, dentro del Hipódromo de San Isidro, con la conducción de Julián Weich y Martín Albert. Allí esperan que se acerquen entre 800 y 1000 personas, que aportarán con cada cubierto – tiene un valor de $3000 – una importante ayuda para la causa y que, además, servirá de despedida de Los Pumas antes de su viaje al Mundial de Japón.

Hay tres opciones distintas para adquirir mesas en conjunto, ya sea para empresas, familia, clubes o quienes deseen ayudar. La opción uno es la mesa tradicional de 10 comensales, cuyo valor es de treinta mil pesos; la segunda opción es de ocho comensales más dos Pumas a elección que sale sesenta mil pesos, y la tercera opción, la VIP, que es únicamente para empresas, cuyo valor es de cien mil pesos y se compone de diez comensales, más dos Pumas a elección y la exposición de la MARCA y el LOGO en la pantalla principal de la cena, además de la difusión de la firma en las redes de la FUAR.

Es importante destacar que cada persona que va a la cena, sea quien fuera, desde el presidente de la UAR hasta el último de los dirigentes, jugadores o entrenadores  – salvo los lesionados y su acompañante –  pagan su entrada religiosamente, por supuesto con el único fin de ayudar a la FUAR.

Bellver también destacó los aportes que la Fundación destina en pos de la mejora de cada uno de los 31 lesionados: “FUAR destina 10 millones de pesos por año para el pago mensual a los jugadores. A fin de año se los ayuda, además, con un fondo extra para las vacaciones. Allí se destinan otros 4 millones que hay de reserva. En general, 1,5 millones se utilizan para las ayudas de las lesiones leves de todo el país o en los casos en los que las prepagas no cubren la totalidad del tratamiento o que directamente quienes padecen una lesión, no tengan una obra social”.

Justamente, el tesorero nos explica que “para eso hay un Fondo solidario que se junta de los fichajes de cada jugador porque se calcula que el 30 por ciento de quienes ingresan a la cancha, no tienen una cobertura acorde de sus obras sociales. Por eso, el objetivo de la fundación se llama Try Mil, ya que se necesitan 1000 socios activos para poder tener un gimnasio de rehabilitación, algunos lugares para alojar a los familiares que llegan de las distintas provincias para acompañar a los chicos lesionados y todo lo que puedan necesitar los chicos para tener una mejor calidad de vida.

Para ayudar y contener, por ejemplo, a Diego Elias o “Chuchu” Basile, dos de los 31 lesionados, la FUAR necesita de la ayuda de todos nosotros. Con una pequeña colaboración mensual, la que sea (es fácil, desde su página también se los puede ayudar www.fuar.org.ar), estarás dándole una mano a muchos chicos que podrán tener un mejor pasar y continuar con su vida porque: EL JUEGO SIGUE.

 

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