FUAR

Pablo Fernández, su lesión cervical y un invento casero con el que pudo ayudar a mucha gente

Pablo Fernández, su lesión cervical y un invento casero con el que pudo ayudar a mucha gente

Es otro de los lesionados de la FUAR, y estuvo en el programa RCH Radio contándonos su historia. Como se lesionó, el apoyo constante de su familia y amigos; el progreso y la constancia para rearmar su vida cuando los médicos no lo creían posible. Su presente como licenciado de diseño gráfico y comunicación audiovisual, el progreso constante y una frase que resume el ejemplo de persona que es: “Lo imposible está en la mente de los cómodos”. Otra gran historia de vida de uno de los 31 lesionados graves del rugby argentino.

Por Jorge Ciccodicola e Iván Gutiérrez


LA LESIÓN Y EL COMIENZO DE SU NUEVA VIDA

“Fue en Agosto del 2004 jugando para la primera de mi club, Sporting de Mar del Plata”, arranca contándonos Pablo. 

“Faltaban cinco minutos para que termine el partido y yo siendo hooker, en un scrum, me golpeo la cabeza contra el hombro de un rival. En ese momento no sentí nada, el scrum se jugó normal y cuando los pilares se pararon, yo me caí al piso, y ahí pararon el partido”.


“Me llevaron al hospital, y recuerdo que la enfermera lo primero que hizo fue cortarme la camiseta y yo le decía: paraaaaa, paraaaaa no, no que hacés…” “En aquel momento no había tanta indumentaria como hoy, eran 22 camisetas para todo el plantel, se lavaban y se volvían a usar”. “Entonces había que cuidarlas como si fueran de oro, por eso le pedí a la enfermera que no me la rompa, pero me miró con una cara como diciéndome: nene que me estás diciendo…”.


EL TRASLADO, SU HERMANO Y LA NOTICIA 

 “Mi hermano estaba afuera de la cancha, el había jugado en la Intermedia y yo le decía: pase lo que pase no le avises a mamá que no quiero preocuparla. Pensaba que a lo sumo por la noche ya estaría en mi casa con un yeso puesto, como parte de lo más trágico”, recuerda Pablo. 


“Pero al rato en el hospital, mi hermano me dijo que les íbamos a tener que avisar a los viejos porque el médico quería que me quede “unos días en observación”… 

“Ese unos días terminaron siendo seis meses en terapia intensiva”.



LA ANSIEDAD DE QUERER Y NO PODER  

“Mi lesión fue en agosto y lo primero que pensaba era que me iba a ir caminando a casa. Sufrí una lesión en la tercera vértebra cervical, pero pensé que para navidad ya iba a estar en casa. Pero llegó esa época, yo seguía ahí y mi cabeza ya no era la misma, dejás de ser tan positivo. Por todo eso, me ofrecieron que me atiendan unas psicólogas y accedí, pero….” 

“Eran dos chicas jóvenes que venían a la terapia intensiva cada mañana, temprano, tipo 8; imaginate… si bien yo estaba grave era consciente. La terapia que querían hacer conmigo las psicólogas no funcionaba. Me preguntaban todos los días que hacía”: “Yo las escuchaba y les repondía, y… me despierto a las 6, me bañan me cambian y acá estoy. Nada, que iba a hacer…. si estaba ahí en la terapia intensiva…”.

 

“Entonces me cansó el tema y llamé a mi mamá para que les diga que ya no quería seguir más con eso: “Le dije “mamá sacame a estas dos pelotudas de acá por favor”, dice Pablo, mientras lo recuerda y se ríe. 

“Yo además estaba con el respirador puesto y no tenía volumen de voz. Los únicos que me entendían cuando movía los labios eran mi familia y mis amigos, por eso necesitaba un interlocutor para que les dijera a las chicas que no quería hacer más esa terapia, que no me servía”.


¿Y por entonces, que pasaba por tu cabeza Pablo?

“En ese momento pensaba en no aflojar y meterle para adelante. Aunque los doctores me dijeron que era prácticamente inútil que siga con la rehabilitación. Yo les dije que iba a seguir con eso igualmente”. 

“Ir para adelante no sólo significaba lograr un movimiento, sino seguir estudiando, trabajando, y afrontar la vida como me tocara seguir. Hoy ya sé que es en una silla de ruedas, que estoy cuadripléjico y que solo muevo la cabeza, pero en ese momento no lo tenía claro”.


EL ESTUDIO, LOS CAMBIOS DE CARRERA Y SU PROGRESO

“Estaba en el tercer año de diseño industrial en la Facultad Nacional de Arquitectura, y cuando quise volver, en la silla de ruedas, la verdad es que el lugar es: el monumento a la barrera arquitectónica, nos comenta como resignado Pablo. 

“Se me hacía muy complicado ir a cursar porque tenía ocho pisos que subir y el ascensor no llegaba a todos lados, era realmente muy difícil todo”. “Entonces una profesora me ofreció estudiar diseño gráfico, en otra universidad, más accesible para mí, porque era todo en una planta. Y ahí me decidí y empecé con esa otra carrera. Me reconocieron algunas materias, fui siempre a cursar y en el año 2010 me terminé recibiendo de Licenciado en Diseño Gráfico y Comunicación Audiovisual”.


Bueno que suerte de cruzarte con esa profesora…

“La gente trata siempre de ayudarme, aunque no me conozca, están siempre bien predispuestos. Pero fijate que la Universidad de Ingeniería al día de hoy no cambió para nada, es totalmente inaccesible para los que estamos en una silla de rueda, una lástima. Y no es sólo ahí, uno se va dando cuenta que hay muchos otros lugares a los cuales es imposible acceder y llegar con una silla de ruedas. Hay mucho para hacer y cambiar”


UN INVENTO CASERO QUE LE SIRVIÓ A MUCHA GENTE 

Estaba claro que para Pablo no habría barreras que lo pudieran frenar a buscar su verdadero destino. Por eso diseñó un invento casero junto a su hermano y nos lo cuenta: “El mouse que diseñamos con mi hermano fue hecho por la necesidad del momento. Hace 14 años no existía la tecnología que hay hoy. Empezamos a probar, a ver cómo podíamos usar el mouse con la cabeza, que era lo único que yo podía mover, y lo terminamos poniendo en mi nuca, tan simple como eso. Yo estaba quieto y para bajarlo un poco, hacía de mesa”. 

“Para desarrollarlo un poco más, hicimos un sistema de click con los hombros, luego el codo, uno más sofisticado con la boca y después de pasar por muchas pruebas con la ayuda de toda mi familia llegamos a conseguir que funcionara”, señala Pablo orgulloso. 

“Mi hermano por ejemplo es abogado y de electrónica no sabía nada, pero a los golpes lo fuimos haciendo. Fueron muchas horas…, todo el tiempo a prueba y error para ver qué pasaba. De tanto delirio salió algo bueno: un dispositivo especial llamado glassous que hoy, un poco más perfeccionado funciona no sólo para mí, sino para otros chicos también. Es una idea muy simple que me permitió estudiar. Hoy trabajo de diseñador y si vos sos mi cliente y no me conoces, nunca te vas a dar cuenta que yo soy cuadripléjico”, nos dice Fernández.


LA AYUDA DE LA FUAR

“La FUAR era anteriormente cuando yo me lesioné Rugby Amistad, y había muy poca gente remándola sola. Pero la aparición de la Fundación nos dio a todos un apoyo más genérico, más allá de lo económico mensual; nos provee de lo que necesitamos”. 

“Algunos, y más cuando apenas te lesionás, tienen que refaccionar su casa porque no podés entrar ni al baño, o ni siquiera pasar por la puerta de entrada de tu casa o habitación”, nos enseña Pablo.


“El rugby para mi antes del accidente era una forma de vida. Yo no soy muy fanático de verlo o seguir a algunos jugadores, a mi me gustaba ir a jugar, entrenar y estar con mis amigos. Yo organizaba mi vida en torno a los partidos y entrenamientos”. 

“Hoy sigo viendo algunos partidos, pero lo que me dejó el rugby es una disciplina para toda mi vida. Antes de esta pandemia iba a kinesiología todos los días, y fijate me lo tomaba como un entrenamiento”.


¿Porqué te apodan Brigo y cueles son tus anhelos?

“No sé muy bien porque me dicen “Brigo”, me lo empezaron a decir los amigos de mi hermano, él lo siguió, pero nunca me quedó muy claro porque fue el apodo”.

“Y…. (piensa) sueño con seguir creciendo profesionalmente, zafar del COVID (risas, que corta en seco). Nosotros que somos cuadripléjicos, tenemos la respiración muy al límite, entonces una gripe nos complica. Por eso hay que ocuparse y tomar los recaudos para evitar contagiarnos. Por suerte puedo trabajar desde casa y a los chicos hace meses que no los veo. Hay que seguir quedándose adentro y esperemos que no sea por mucho tiempo más”.


A quien le dejarías un mensaje o frase final

Mirá …“No tengo palabras con mi hermano, me dio esos dos sobrinos que los amo. Hoy vive en Tierra del Fuego y siempre estamos en contacto. No nos podemos ver por la pandemia, pero es una de las pocas personas a la que le tengo 100% de confianza”. 

“Mis viejos son incondicionales y están en el día a día, esto me pasó a mí, pero repercutió en toda mi familia y amigos. Es jodido estar de mi lado, pero también del suyo”. 

“Hoy vivo con mi mamá y el esfuerzo que hace por mi es admirable”, resume Pablo y nos cierra con su frase de cabecera: Lo imposible está en la mente de los cómodos” .


LA FICHA DE PABLO FERNÁNDEZ

Apellido y Nombre: Fernández Pablo César 

Apodo: Brigo

Nacido en: Mar del Plata 

Club: Sporting Club 

Puesto que jugabas: Hooker  

Mejor partido que jugaste: No recuerdo

Mejor jugador con quien jugaste: Martín Aceña

Un equipo: Cualquiera con mis amigos 

Un jugador de Los Pumas: Hernán Senillosa

Un hobby, ocupación, actividades: Leer; hace muchos años soy Licenciado en Diseño Gráfico y Comunicación Audiovisual.

Un día en tu vida: 28/08/2004  

Un lugar: Comandante Luis Piedra Buena

Web: http://www.cunico.com.ar  –  www.pablocesarfernandez.com.ar IG @pablocesarfernandez

Recibido de: Lic. en Diseño Gráfico y Comunicación Audiovisual www.cunico.com.ar


IMPORTANTE

Si querés ver la charla TED que realizó en su Mar del Plata natal Pablo Fernández, en donde relata al detalle toda su historia de vida clickeá aquí: https://www.youtube.com/watch?v=_DgpIDlV_CY 


Y si querés contratar a Pablo Fernández como Diseñador Gráfico o audiovisual, podés conocer su página web ingresando a: www.cunico.com.ar

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