Corría el año 1985 cuando en el Club Regatas de Baradero comenzó la práctica de un nuevo deporte en la ciudad: el rugby. Fue gracias a dos jóvenes de Buenos Aires, que en un período muy corto hicieron que rápidamente se arraigue el juego en un grupo de muchachos de entre 15 y 16 años.
Fueron 14 años después, en 1999, cuando ese mismo grupo se reunió para volver a jugar, esta vez en el club Sportivo. Como juntaron más gente, llegó la hora de competir en un torneo oficial, así que se inscribieron en la UROBA con las categorías Mayores, Juveniles e Infantiles. En el segundo año de competencia, el equipo de mayores se ubicó entre los cuatro mejores de la Unión y de esta forma quedaron habilitados para jugar en el Nacional de Clubes. Los juveniles participaron de los Torneos Bonaerenses y fueron primeros, por lo que viajaron a Mar del Plata para disputar las finales contra Pucará y San Fernando.
En 2003, el equipo superior ganó la copa disputada en Rosario entre los mejores equipos de la UROBA y los de Desarrollo de la unión rosarina. Pero un año después, los torneos se suspendieron por las distancias que había entre los clubes que competían.
La llegada a la URBA
En 2006 empezó la actividad en Tiro Federal de Baradero, con nuevas energías y el claro objetivo de ingresar a los torneos URBA. Fue un año de reuniones y llamados a clubes amigos para que de esta manera consiguieran que se los aceptara como invitados en 2007. Esa temporada jugaron 21 partidos todos como visitantes con las M17 y M19, sin faltar a ninguno. Ya a partir de 2008 ingresaron como invitados a los campeonatos de la unión, con todo lo que pedía el reglamento: equipos de juveniles, mayores e infantiles.
Para Tiro Federal de Baradero, el 2020 comenzaba como un año de múltiples desafíos. Con 12 años ininterrumpidos de competencia en la unión más importante del país, el club es el orgullo de la ciudad y los deportistas sus representantes.
Después de un 2019 más que alentador en Tercera División, llegaron al repechaje por el ascenso que perdieron ante San Miguel por 44 a 10. Fue una temporada por demás positiva, en la que se ubicaron terceros en las posiciones, detrás de los ascendidos, Tigre y San Marcos. El Escorpión jugó 22 partidos en la etapa regular, de los que ganó 14, anotando 704 tantos a favor.
Para el 2020, el cuerpo técnico y los jugadores eran optimistas por lo que se avecinaba, pero el 20 de marzo se decretó la cuarentena y la ovalada pararía por completo, dejando un futuro lleno de incertidumbre y sin saber cuándo se podrá volver a jugar en la Argentina y en el mundo. Mientras tanto, los clubes siguen con los entrenamientos virtuales y Tiro Federal no es la excepción.
El club, una segunda casa
Uno de los jugadores importantes de la actualidad es Federico Troncoso, fullback de la Superior, que nos contó cuál fue la experiencia del último torneo: "Nuestro objetivo era mantener la categoría, pero los partidos pasaban y los resultados se nos daban a favor. Pudimos plasmar en el campo de juego la idea de nuestro entrenador y así llegamos al repechaje, que nos dejó un trago amargo. Pero hay que ser sincero, San Miguel fue superior y nos dimos cuenta que para llegar ahí, hay que trabajar mucho más”.
Sobre el comienzo de la pretemporada, Federico dijo: “Arrancamos con muchas ganas, jugamos dos amistosos e íbamos agarrando ritmo de juego. Pero llegó la cuarentena por el coronavirus y en este momento estamos con una planificación de entrenamiento para hacer en nuestras casas, aunque no es lo mismo. El miedo es que cuando esto se normalice, el físico te juegue una mala pasada”.
- ¿Que se siente luego de estos días de aislamiento?
- Se extraña la reunión con los amigos, los domingos de juveniles. El club es nuestra segunda casa y aunque parezca una frase hecha, es así, es un lugar especial para practicar deportes, donde se viven un montón de cosas con gente que queremos. Mientras tanto, respetamos la cuarentena y todas las medidas necesarias para que esto pase pronto y vuelva a la normalidad.
En la actualidad, en Baradero no hay ningún caso de COVID-19, un dato más que alentador para la ciudad. Mientras tanto, dirigentes, jugadores, entrenadores y juveniles esperan con ansias la vuelta, con la responsabilidad de esperar que esto pase y de ver cómo seguirá el torneo. Sin perder la esperanza de lograr el objetivo, que es conseguir algo que tuvieron muy cerca en 2019.
Para eso, Los Escorpiones se rearmaron para el 2020. Con mucha fe irán por el desafío que se trazaron luego de tenerlo tan cerca, sólo unos meses atrás. En Baradero quieren un lugar en la Segunda División del rugby porteño. Y se lo prometieron, a ese objetivo no lo detendrá ni la cuarentena.
Fotógrafo: Gentileza Tiro Federal de Baradero.
Fuente: Gustavo Amoruso - Rugby Champagne.